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Las preocupaciones sobre el medio ambiente y su preservación para las generaciones futuras cobraron importancia en las últimas décadas del siglo pasado, y se hicieron esfuerzos para integrar el aspecto ambiental en la agenda política internacional. culminando con el surgimiento del concepto de desarrollo sostenible y, más recientemente, con la trilogía "Medio ambiente, social y gobernanza – ESG".

La aparición de este concepto, junto con el aumento de la conciencia ambiental, ha ido cambiando la forma en que las organizaciones enfrentan el papel de la gestión, llevándolas a la implementación de buenas prácticas de gestión relacionadas con el medio ambiente, a través de la aplicación de principios e instrumentos de Política Ambiental. Este cambio en las prácticas de gestión no ha pasado por el lado del sector inmobiliario que con el tiempo ha adquirido importancia en las prácticas de responsabilidad ambiental.

El desarrollo de los mercados, tanto a nivel industrial como de servicios, como resultado de la globalización, ha aumentado exponencialmente, lo que inevitablemente ha tenido consecuencias perjudiciales para el medio ambiente. En esta secuencia, las preocupaciones ambientales han comenzado a aumentar, centrándose actualmente entre los desafíos más graves que afectan el bienestar de la sociedad en todo el mundo.

Se realizaron varios esfuerzos a nivel internacional para que el medio ambiente y el desarrollo sostenible ganaran un lugar destacado dentro de la agenda política internacional, surgiendo, a finales de los años ochenta, lo que se conoció como la primera definición de desarrollo sostenible: "Es alguien que busca las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades".

En las últimas décadas este concepto ha marcado las pautas de la política y la ética para hacer frente a la crisis ecológica y social que atraviesa la sociedad y el mundo, iniciando lo que todos conocemos como "Huella Ecológica".

Desde cierto punto, la creciente preocupación por la sostenibilidad ha ido modificando y evolucionando la forma en que las organizaciones afrontan el papel de la dirección, llevándolas a la implementación de buenas prácticas de gestión relacionadas con el medio ambiente.

Los riesgos para la biodiversidad están asociados con la pérdida del suministro de servicios ambientales de la naturaleza. La pérdida de estos servicios ambientales está estrechamente vinculada al desarrollo de sectores económicos con fuertes impactos en los ecosistemas.

Según el FTSE4GOOD (índice desarrollado para medir el desempeño de las empresas que demuestran fuertes prácticas ambientales, sociales y de gobernanza), los sectores con una alta exposición a los riesgos de la biodiversidad son Construcción, materiales asociados e inmobiliarios, electricidad, entre otros.

Está claro que el sector inmobiliario tiene un papel muy importante en la Responsabilidad Ambiental, demostrando riesgos directos derivados de transacciones inmobiliarias (edificios o simplemente terrenos) que pueden tener graves impactos ambientales o no están cumpliendo con la legislación ambiental vigente; y posibles riesgos reputacionales, ya que la conciencia ambiental asociada a la conciencia cívica de las acciones de los actores inmobiliarios son y son cada vez más valoradas por el ciudadano/consumidor.

Desde hace aproximadamente una década, las transacciones inmobiliarias no pueden realizarse en el mercado nacional sin la existencia del Certificado Energético del inmueble en cuestión; Básicamente, se pretende una transparencia total en el mercado que permita a cualquier consumidor evaluar la capacidad energética de un determinado inmueble antes de tomar una decisión sobre su adquisición o arrendamiento. En teoría, quién adquirirá o arrendará un bien en particular puede y debe considerar y decidir en función de los posibles ahorros futuros del consumo de energía.

También con respecto a las nuevas construcciones, el papel del sector estaba debidamente salvaguardado por medios administrativos (léase: legislativos). Por lo tanto, los nuevos proyectos de construcción debían basarse en las mejores técnicas y soluciones que garantizaran que el producto final fuera de una clase superior en el campo de la sostenibilidad.

Los métodos constructivos han conocido desarrollos considerables a través del uso de técnicas y productos "respetuosos con el medio ambiente", desde simples lámparas Led hasta construcciones en corcho y/o madera aglomerada, potenciando la construcción sostenible.

Sin embargo, el papel del sector inmobiliario en la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental no puede reducirse al cumplimiento de la legislación vigente.

Depende de nosotros, los Seres Humanos, asumir el diseño de la sostenibilidad y buscar defender los productos más sostenibles económicamente, ya sea como consumidor (comprador) o como actor del mercado (promotor o agente inmobiliario).

Los profesionales del sector tienen la responsabilidad de valorar los productos inmobiliarios que defienden y responden al entorno, sabiendo evidenciar su diferenciación de otros que no son "amigables" con el medio ambiente.

Creemos que, dada su proximidad en términos comerciales, el sector inmobiliario y el sector financiero tendrán una voz importante para crear conjuntamente herramientas que aprovechen las mejores y más sostenibles ofertas inmobiliarias.

Condiciones preferenciales para clientes preferentes, pero también para productos preferentes.

En el fondo, démonos cuenta de que, en nuestro sector, ¡no todo vale la pena!

 

Luis Mario Nunes

CEO de ComprarCasa Portugal